Las estudiantes que transforman el agua sucia en combustible…

Escrito el 15/06/2020
Somos mexicanos

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La contaminación del agua es un problema grave en el mundo, millones de litros son contaminados diariamente debido al desperdicio de basura y otros contaminantes que dañan el medio ambiente. Es por eso que Jeimmie Gabriela Espino Ramírez y Lisset Dayanira Neri Pérez comenzaron a trabajar en un proyecto con el fin de aprovechar los efluentes de aguas negras y ríos contaminados.

 

Las dos Las dos estudiantes de Ingeniería Química Industrial del Instituto Politécnico Nacional (IPN) crearon un prototipo compuesto por un purificador y un electrolizador el cual puede ser portátil o fijo y puede ser utilizado en las zonas más marginadas del país.

 

Gimfi, que en lengua otomí significa “agua sucia”, tiene un filtro con capas de algodón, arena, carbón, mármol, grava y tezontle, cuya función es retener sólidos de gran tamaño y partículas orgánicas.

 

Este tipo de purificadores podrían generar su propio combustible a partir del agua residual, sólo bastaría con recolectar agua sin importar su grado de contaminación

 

Según las estudiantes, para generar el hidrógeno por electrólisis utilizan energía eléctrica, sin embargo harán las remodelaciones necesarias para que la energía la obtengan por medio de celdas solares y así, convertir el proyecto en un prototipo sustentable y de bajo costo.

 

El principal objetivo de Gabriela y Lisset es que el hidrógeno sea funcional, es decir, en lugar de quedar almacenado, pueda ser utilizado para alimentar estufas y hornillas.

 

Ambas estudiantes originarias del estado de Hidalgo, detallaron que con muestras recolectadas de diferentes zonas del estado como Tetepango, Mixquiahuala y Atitalaquia, entre otras, introducen 900 mililitros de agua contaminada en una botella de PET para obtener un líquido visiblemente más limpio en un lapso de 30 minutos.

 

 

El líquido obtenido con este procedimiento de filtrado, contiene una mayor cantidad de minerales que el agua potable al ser un residuo de efluente.

 

El prototipo fue desarrollado durante 3 años y las estudiantes planean patentar su proyecto.

 

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