Manual para reanimar a una persona triste (puede autoaplicarse).

Escrito el 25/08/2020
Liz Mendoza - Leermx


Primero: Identifique al objetivo. Convénzalo de ir a casa y ponerse una pijama holgada, de ser posible, una talla más grande y tenga listo el kit anti dramas, el cual incluye el libro favorito del afectado, una manta de bebé, palomitas de mantequilla, helado de chocolate, café con leche y un cómodo sofá.

 

Después: Mezcle todos los elementos anteriores hasta asegurarse de que la persona que necesita la intervención de una buena compañía (un buen libro),  esté cómoda, confortable y tenga chucherías y bebidas a la mano. Abrácela un poco antes de iniciar el procedimiento, si se asoman algunas lágrimas, tendrá que hacer uso de herramientas externas, tales como chistes que sólo ustedes dos conozcan. Poco a poco, con mucho tacto y apelando al factor sorpresa, ponga lentamente el libro entre manos.

 

Siguiente: En este paso hay que poner especial énfasis, ya que de la narrativa que usemos dependerá el resultado de la intervención. Es esencial deshacerse del miedo al ridículo, aprender a reírnos de nosotros mismos, ya que cada personaje deberá tener su propia voz, así como el narrador mismo. Y ahora sí, podemos entrar en ese umbral que abren todos los libros cuando decides que vas a sumergirte hasta el fondo. Puedo recomendarles el uso de libros con temática fantástica para evadir los malos, o tal vez de misterio, para poner en estado de alerta a la mente triste de nuestro buen compañero.

En este caso diré que el señor Umberto Eco en El Nombre de la Rosa funcionó de maravilla a mis propósitos, y fue de gran ayuda para despejar la mente, además que me enseñó miles de detalles que sólo una mente brillante como la que él posee, puede usar para describir cada detalle y lograr que el relato se vuelva nítido en la imaginación.

El misterio y la intriga se irán adueñando de una abadía de benedictina en el siglo XVI, en la que los crímenes son fragmentos que van llevando a la verdad.

Pero bueno, continuemos con el paso final… El afectado, que para este entonces ya será un monstruo despeinado, envuelto en cobijas y con las ansias en vuelo por descubrir quién es el asesino, poco a poco se va involucrando en el libro, hasta que la noche, el cansancio o las miles de ocupaciones de la buena compañía, les impidan seguir con la narración de El Nombre de la Rosa, y el individuo antes triste, se adueñará del preciado libro y lo continuará por su cuenta hasta entrada la noche.

Cuando lo venza el sueño, lo mejor será dejarlo descansar y soñar con esta apasionante historia, para que por la mañana se despierte con ganas de continuar la lectura.

Por fin el proceso habrá terminado, para el narrador por lo menos. Quien logró ayudar a su compañero a superar los embates de la vida, porque los libros, además de hojas de papel con historias impresas, son efectivos como calmantes de dolores del corazón. Los abrazos ayudan y las mantas reconfortan, pero los libros nos ayudan a abrir los ojos a la fantasía y a darnos cuenta de que la batalla será larga, pero por lo menos tenemos buenas historias para acompañarnos en el camino.